Micorriza

Los celulares, al igual que los hongos presentes en plantas o frutas, son extensiones de nuestras manos, oídos y ojos. Se encuentran constantemente presentes con nosotros al ser herramientas que extienden nuestras habilidades humanas. Nos hemos acostumbrado tanto a su presencia que no imaginamos nuestra vida sin ellos, ya que nos facilitan diversas tareas de nuestro día a día. 

 

Así como los celulares, existen hongos que son extensiones de diferentes plantas y realizan labores que las benefician. Un ejemplo de esto es la relación de un hongo con las raíces de un árbol, una asociación mutualista conocida como micorriza. En esta relación, el hongo participa activamente en el transporte y absorción de nutrientes para el árbol, lo cual lo beneficia. Lo anterior debido a que el hongo coloniza biográficamente la corteza de la raíz del árbol, sin causar daño a este, llegando a ser fisiológica y morfológicamente parte integrante de dicho órgano. 

 

Por lo anterior, los celulares, al ser una extensión de nuestras habilidades, componen y son integrantes ahora de nuestro cuerpo, del mismo modo que estos hongos componen a una planta. Estos artefactos extienden nuestras habilidades auditivas y comunicativas, las cuales relacionamos con nuestras manos y orejas. De esta manera, estas piezas tienen como objetivo reflejar justamente como ya estamos infestados por estos aparatos y como son parte de nosotros.